Un viaje…

Un viaje…

Maxi Provenzani está entre la primera camada de argentinos que pudo viajar en avión con flores y goteros de aceite de cannabis de manera legal. “Al principio lo pensé como una anécdota, pero después pensé que es re groso el avance que usuarios que necesitan cannabis estén contenidos en la ley y que puedan trasladarse con sus dosis para el tratamiento”, comentó este docente y diseñador gráfico de 46 años. 

Maxi se fue hace unos meses de vacaciones a Puerto Madryn y viajó en avión a Trelew con un gotero de 30 ml. de aceite y 15 gramos de flores (el REPROCANN permite hasta 40 gr. de flores y/o 6 goteros).

Con aviso 

“Cuando llegamos a Aeroparque preguntamos donde hacemos el check-in y avisé en el mostrador; la chica me dijo que tenía que comunicarlo en el control de Policía de Seguridad Aeroportuaria. Ahí hice lo mismo y me preguntaron si “los tenía encima” porque “no se pueden despachar en los bolsos”. Les avisé, pasé la mochila y se preocuparon más por unas colchonetas para hacer yoga que llevaba que por las mismas flores. El oficial a cargo, llamó a otro compañero, y ese a otro que era el superior al mando, miró la documentación, las flores, las guardé y listo. Al principio estaba asustado pero no tuve problemas". 

Sin aviso

“A la vuelta le dije a mi pareja que no iba a avisar para ver qué pasaba. En el aeropuerto de Trelew, pasé la mochila una vez y me pidieron que la pase nuevamente y llamaron a un jefe. ‘Tenés ahí un pote raro’, dijeron los policías. ¡Era el picador! Y entonces les dije que llevaba marihuana y mostré el gotero, las flores y la documentación. Cuando llegó el superior, miró los papeles, le mostré mi usuario de la cuenta con la que estoy anotado y me dijo que estuvo “leyendo para saber qué se podía, que no, y cómo proceder” “porque no quería “ser una de esos policías no saben nada y prohíben por prohibir”.

Maximiliano, si bien fumaba marihuana en reuniones con amigos, luego de un “colapso emocional” empezó a hacer terapia, a ir un psiquiatra y también a consumir aceite de cannabis: “Nunca dejé el cannabis, me ayudó a superar episodios de mucha ansiedad, a recomponer el sueño, a dormir más tranquilo… sin bruxar”, asegura Maxi.

Marimba también le preguntó por la celeridad del registro en el (Registro del Programa de Cannabis) REPROCANN: “Me metí en la web, cargué los datos e hice la declaración jurada para cultivo propio. Para que el registro se active, necesitas de un profesional inscripto en el Registro te recete un tratamiento y suba una declaración jurada con tu datos. Tuve la aprobación al tercer día que la terapeuta subió los datos y mi carnet de habilitación”.

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