El primer grow de Latinoamérica
Ser el primero en algo siempre está bueno pero ser pionero es abrir un camino hacia el futuro. Eso es lo que celebra este año Pulpot, el primer local de Latinoamérica dedicado exclusivamente a la marihuana. Se cumplen veinte años desde que su creador, Pulpa, viajó a España, descubrió que había un negocio por armar y lo hizo. En ese momento crucial en pleno 2002, con Argentina todavía caliente por los resabios de la crisis del año anterior, hubo un laburante que apostó todo lo que tenía porque sintió que ahí, en su pasión por el cannabis, encontró también una misión.
“Empecé a fabricar cosas para fumar marihuana y para promocionarla. Desarrollé las “chandalias” y para mí que alguien que comprara un par, fuera a un asado con amigos, se rieran de las ojotas y empezaran a hablar de marihuana, para mí hace veinte años eso era un re acto de activismo, porque daba pie a que se hablara de algo que no se hablaba, y la flasheé” dice Pulpa en una nota exclusiva con Marimba y asegura que le encantó sentir que tenía un laburo con una misión casi espiritual.
La historia empieza con un viaje, un picachu importado y la idea de hacer una producción nacional. “Me di cuenta que lo podía hacer el matricero, así que invertí unos ahorros para hacer la matriz y salí a vender los picachus por rockerias o locales de tattoo, no existían los grows. Acá en esa época no había nada, lo único que encontrabas era en la bond, el viejo Walter de Picadilly Circus tenía algunas cosas en la vidriera pero nada más” recuerda. Por esos años él trabajaba con su viejo vendiendo fundas de celulares, y en el depósito de ese local empezó a tomar forma su propio negocio. En el 2003 hizo un viaje cannábico a Barcelona y Amsterdam. Volvió con dos valijas y todo su equipaje de mano repleto de pipas, banderas, libros, balanzas, parafernalia; compró y también canjeó sus picachus y las chandalias por otros productos. Ese fue el puntapié para empezar a distribuir a todo el país, logró tener una gran clientela, un año después alquiló un local y fue el primer grow semi abierto del país y de Latinoamérica. Pulpot fue un nombre improvisado que surgió por una casilla de mail que Pulpa se había armado en el 2000 cuando empezaba internet: pulpot@marihuana.com. Se corrió la voz y el boca en boca logró que cada vez más gente se acercara no solo a comprar cosas sino a indagar. Se empezaba a hablar de cultivo y Pulpa estaba ahí compartiendo lo que sabía, con esa misión/visión sobre el cannabis siempre como bandera.
Pasaron veinte años y el local de la calle Araoz, inaugurado en 2010, logró ser un punto de reunión de la cultura cannábica de Buenos Aires. Vas a comprar algún producto y siempre te encontrás con otro para intercambiar ideas, proyectos, amistades. A fuerza de perseverancia, laburo y respeto, el local se transformó en uno más del barrio, dejando prejuicios y suspicacias de lado: “con las doñas hubo que ganarse la simpatía, saludarlas a la fuerza dos meses y te dejaban pagando” recuerda Pulpa y reconoce medio entre risas que todavía hay un vecino que no los saluda.
Pero Villa Crespo demostró su amistad cuando en marzo de 2012 el local fue allanado sorpresivamente por la policía. El dueño de Pulpot rememora el mal momento como muy confuso al principio por la forma en que actuó el grupo comando pero define como gloriosas las fotos que tiene en su memoria del apoyo de la gente del barrio: “Se me pone la piel de gallina porque fue espectacular el aguante de los vecinos, un loco amigo puso en su facebook que nos estaban allanando y empezó a caer gente. La policía tuvo que parar el operativo para ir a contener y tuvieron que pedir refuerzos, llamaron al grupo antimotín y cuando bajaron la gente que estaba empezó a tararear una canción para desfilar que en ese momento la usaban pablo y pachu en la televisión”.
Dos clientes que estaban en el momento del allanamiento fueron retenidos por más de cuatro horas; Pulpot fue clausurado y rompieron casi todo lo que habia adentro; Pulpa quedó libre a la madrugada y no fue preso pero si procesado porque encontraron un tupper con semillas.
Pasaron seis largos meses, obtuvo el sobreseimiento y pudo reabrir el grow: “Fue en septiembre, hicimos una gran fiesta, fue una noche hermosa con amigos, música, guitarreada; me acuerdo que nos quedamos hasta la madrugada del otro día, cuando me voy para mi casa paso por un puesto de diarios y me veo en un recuadro de la tapa del Diario La Nación, con la misma ropa que tenía puesta en ese momento. Una locura, paré en todos los kioscos y compré varios ejemplares, el título era algo así como “fiesta por la reapertura de un local de cannabis”…..era un montón ese titular en tapa hace diez años”. Y tiene razón.
Pulpa destaca que se avanzó mucho socialmente en los últimos quince años con las marchas, las agrupaciones y la aparición de la THC: “Había una olita y la revista convirtió la olita en un olón, logró que se masifique mucho el tema y llegó a todo el país. Ahora con el Reprocann se movió la vara legal”.
2022 es un año de celebración para Pulpot y su gente: festejan su historia, recuerdan los caminos recorridos y apuestan a seguir acompañando desde la calle Araoz la movida cannábica de todo el país. Como en los inicios con ideas, innovación, trabajo y militancia.
- 25 Mar, 2022
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